miércoles, 20 de enero de 2010

¿23? Felicitaciones de mí para mí.

Escribir qué significa cumplir 23 años, seria plantearme una serie de cuestionamientos – muchos innecesarios – cuyas respuestas serian por demás aburridas y enredadas, lo cual sin duda seria una total perdida de tiempo y un completo absurdo del que luego me arrepentiría, sobretodo cuando ya ha sido bastante de ese estilo fastidioso y fatídico que lo único que logra es hacerme ver aun más patético de lo que realmente soy. Sin embargo tampoco podría dejar de lado el hecho de haber cumplido un año más de vida, sobretodo ahora que este hecho empieza a tener un significado totalmente diferente, dejando de ser sólo un pretexto de celebración más para convertirse en todo un privilegio, una hazaña incluso. Por ello intentare dejar de lado un poco los razonamientos intelectualizados y me concentrare más en el disfrute, que es al final el fin de estas líneas, constatar que este día es importante por el hecho de que un día como hoy hace justo 23 años, resulta que por primera vez vi el mundo.

Este mundo que ahora veo con ojos distintos, sin tanta inocencia, con más dificultad para la sorpresa, pero satisfecho por algunas de las cosas que a lo largo de esta experiencia en la que más que espectador me he empeñado siempre en actuar, no de forma premeditada, pero siempre con la convicción de que incluso a pesar de lo equívocos y los tiempos aciagos, siempre he tenido la oportunidad de decidir lo que quiero. Claro que lo que soy ahora, forma parte de una sumatoria de hechos y la entrada y salida de muchas personas en mi camino. Sea como sea, el resultado sigue siendo el mismo, yo aquí de nuevo frente a la pantalla, intentando explicar que soy a los 23 años.

Sigo fumando, mientras escribo líneas ociosas parcas de talento, escuchando música cada vez más extraña mientras miro por la ventana y me doy cuenta que ya es de noche otra vez. Mi barba se ha vuelto más tupida, cada día me descubro con menos cabello, tomo más café cada día, y ahora hasta puedo leer más de doscientas páginas por día. Sigo sin trabajar, soltero y sin algún pretendiente en puerta. Continuo frecuentando a la misma gente desde hace ocho años, lloro con las mismas películas de siempre y aun viajo en el último vagón del metro: descubriendo miradas lascivas, de ves en cuando huyendo a manos extrañas; aun me gustan las caricaturas y usando varios collares y pulseras al mismo tiempo. Mi talla sigue siendo 28, sigo conservando cosas inútiles y mi closet cada día esta más destartalado.

En realidad ¿algo ha cambiado? No puedo decir que no, porque seria una mentira, pero es que a pesar de todo sigo siendo el mismo, puede que ya no me deje engañar fácilmente por las impresiones bien intencionadas de personajes que llegan con la promesa de un amor desmedido, ni me enamore con la misma facilidad de antes, quizá ahora más que nunca tenga clara la diferencia y la importancia del sexo ocasional y hacer el amor;ahora valoro más las amistades y la importancia de mi familia que a pesar de las peleas del domingo por la tarde siempre después de los gritos me devuelve una sonrisa desenfadada que pone punto final a todas las rencillas.

Creo que también puedo decir que ahora ya no busco desesperadamente la compañía de un alguien, ahora incluso disfruto de ese hueco en mi colchón que es la imagen más representativa de mi disfrutada soledad, aunque el no buscarlo no quiere decir que no lo espere, porque el deseo sigue aun ahí instalado, pero paciente, aguardando el momento del encuentro. También me he descubierto sin el temor a los te quiero, más cariñoso y sentimental. He vencido mi fobia a los perros y no podría concebir la vida sin mi amada Daisy, french poll escandalosa, pero inmensamente cariñosa.

Se que muchas cosas han cambiado, pero a pesar de ello, me siento igual sin serlo, irónica paradoja, cierto, pero el descubrirme hoy por la mañana de 23 años, no es cambio nada, el cambio lo hice yo en el día día, y así seguirá siendo sin importar sin son 23, 24, 25, 30, 40, 50, no importa, tendré más arrugas y malestares físicos solamente, pero no acaso todo lo que sirve termina un día por descomponerse, algunos antes, otros después, no importa, el resultado al final es el mismo, un saco de carne arrugada, que por el momento no me preocupa.

Así que hoy 23, en el mañana muchos más…




Felicitaciones de mí, por mí, para mí.

Amén.

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