martes, 20 de enero de 2009

Veintidós

Después me voy fijando más en los detalles

Los ojos y los labios y las cosas pares

Si algo me despista vuelvo a comenzar

Solo tú, sólo tú, sólo yo.

El par se compone de dos, el número dos es un secreto en esta vida, una ansia y una ilusión, quizá una promesa que nunca supimos de donde vino. Dos es sinónimo de compañía, de afecto y amor. En muchas de las cosas de la vida se necesitan dos.

Dos ojos, dos orejas, dos pies, dos brazos, dos manos, dos labios – nuestro cuerpo en su mayoría se compone de cosas pares. Se necesitan dos para una buena charla, dos para hacerse compañía, dos para hacer el amor, de hecho dos es la forma más universal del amor, con uno no funciona, seria narcisismo.

Dos, es más que uno pero menos que tres, pero dos veces dos, podría llamarse adulterio o simplemente infidelidad, un cuarteto quizá que ya caí es una orgía. Pero solamente hay dos veces dos en la vida, así como en el espejo del cuerpo, dos veces dos es el veintidós.

Veintidós veces vuelto a nacer hasta el momento, pero ninguna vez ha sido igual, cada vez tengo algo de más y me he perdido algo, seguro, a veces la paciencia, otras la inocencia, siempre el amor, nunca la esperanza. Llegar a los veintidós, no es mucho, pero ya es algo, me han dicho que ya soy un adulto, adulto joven, pero adulto al final de cuentas, aunque no he entendido bien a que se refieren o cual es el empeño hacérmelo notar, pues al final de cuentas ¿no soy yo el que ha vivido todos estos años?, la verdad no me siento tan diferente, pero si algo extraño, será eso la madurez, sentirte como tú, pero un poco desconocido, o serán los síntomas de una menopausia que se supondría no debería de vivir.

No lo se, de cierto, pero creo dos veces dos, es interesante, al menos en el entendido, de que ya voy, los alcanzó, ¿ a dónde voy, a quienes alcanzo?, pues tanto como saber bien a qué lugar no, pero si se a quienes me refiero, a ustedes, a los otros, a los conozco, y a los que quiero olvidar, a todos ellos, que de alguna forma, me han acompañado, de la mando, en el ensueño o fantasía hasta aquí.

Veintidós hoy, cuantos más vendrán… no lo sé, pero los que sean y entre más mejor, que seguramente algo de interesantes traerán consigo. Algo provechoso, algo inútil, algo dulce y muchas cosas amargas. Pares, pares de pares, dos, dos veces dos, veintidós….






Ignatius aniversario.

domingo, 18 de enero de 2009

Lovelees

Sin amor, ese es el significado de la entrada que hoy escribo, homónimo de la serie yaoi de la que lo he tomado, pues desde la primera vez que tuve la oportunidad de verla, me consterno; no sólo por la afición que tengo por este tipo de series, sino por la trama tan interesante que narra.

Te quiero, dice el luchador a un sacrificio que no lleva su mismo nombre Beloved el amado a Loveless sin amor, un antagonismo profundo que encierra una de las más grandes ironías de la vida. Cuando amas no siempre te aman; el que no tiene amor, el que lo rechaza, a ese siempre le llegara el momento, muy a pesar de su resistencia.

Te quiero le vuele a decir el luchador, porque su antiguo dueño así lo ordenó, pero el te quiero es una voz que viene del corazón, contesta el nuevo sacrificio, ¿será esa una gran verdad ó simplemente una frase elaborada de la retorica común del amor?.

Amar es complejidad absoluta, pues nada es seguro incluso la seguridad misma es un engaño rotundo, que nos ciega al revestirnos de soberbia, en la ingenua crecía de que seremos capaces de todo, de que cualquier sacrificio es menor y todo esfuerzo vale la pena con tal de mantener intacto el vinculo que nos ata y nos aferra a un existir fuera de nosotros mismos, porque el sentirse amado, es mejor de ser alguien sin amor, o al menos ese es un ideal casi universal al que aspiramos.

Pero el amor también es aprendizaje, resistencia y delirio, Loveless aprende a luchar contra si mismo, a enfrentar sus demonios, para entregarse al fin a Beloved su luchador que aunque ausente en algunos momentos, misterioso y excéntrico, ha demostrado en todo momento, la fidelidad que se espera del amante.

Acaso esta historia es como el espejo, amor extraño, soberbio, incomprensible, amor de amor mismo, en una ilusión extraordinaria donde los te quieros caen sin cesar que hasta parecen carentes de sentido. Si quizá sea esta pequeña observación la que más me ha cautivado, pues tantas veces he escuchado esas palabras, tantas otras yo mismo las he pronunciado, que quizá ya no tengan sentido alguno en mi, pero me esfuerzo en decirlas en escucharlas una y otra vez por el simple hecho de creer que en ellas encontrare esa otra existencia fuera de mi, para que se vuelva tan propia como como esta que me pertenece ya y de la que solamente yo tengo protestad. Pero esta es una visión egoísta y enfermiza, como aquella de la que escape un día y que tanto odie.

Sin amor pasional, sin el amor de amante camino mismo tiempo siendo amado, por otros amores, recuerdos y pasiones, que me ayudan a existir, a no perderme, a caer en la desnudez de la nada y su oscuridad. Beloved y Loveless en comunión pues no se pueden negar el uno a otro porque la a que uno le hace falta el otro lo posee.



INCLUSO SI ME ABRAZAS HASTA SOFOCARME
NUNCA AMBOS SEREMOS UNA SOLA PERSONA.
EN UN LUGAR MÁS PROFUNDO QUE LA TERNURA,
EL TOCARNOS EL UNO AL OTRO ES SIMPLEMENTE DOLOROSO.
POR FAVOR, DESATANOS A AMBOS.
YA NO SOÑAREMOS MÁS,
AGARRANDONOS LAS MANOS ANTE LA INCERTIDUMBRE
ES EL CRUEL AMANECER
LAS PALABRAS SON CONTUNDENTES
EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO VERDADERO,
MERODEANDO
EN NUESTRA NOCHE SIN PALABRAS.
SEGURO QUE INCLUSO AHORA
NOS CONOCEMOS EL UNO AL OTRO PARA ASI SABER LO QUE ES LA SOLEDAD,
Y NO LO SABEMOS HASTA QUE INTERCAMBIAMOS UN BESO
INCLUSO AÚN, ESTOY TEMBLANDO DE ALEGRÍA
POR HABERTE CONOCIDO. POR FAVOR, PROTEGE MI CORAZÓN.
YA NO SOÑAREMOS MAS,
NO PODEMOS HUIR A UN LUGAR TEMPLADO.
DE SEGURO LO VENCEREMOS
ES EL CRUEL AMANECER.
EL SILENCIO ABANDONADO
DE SEGURO HALLAREMOS
LAS PALABRAS VERDADERAS
PARA ASI HERIRNOS AMOROSAMENTE EL UNO AL OTRO
ALGUN DÍA, SEGURAMENTE
INCLUSO SI ME ABRAZAS HASTA SOFOCARME
NUNCA AMBOS SEREMOS UNA SOLA PERSONA.
EL FRIO EMPIEZA LUEGO DEL AMANECER,
POR FAVOR, ALUMBRAME
POR EL CAMINO QUE ESTA HECHO SOLO PARA LOS DOS

…Ignatius consternado…

martes, 13 de enero de 2009

Tarde si sol....

Caminando, solo, entre las calles de esta la cuidad más grande del mundo, de pronto me encontré con una sensación extraña pero conocida, experimentada con anterioridad, un vacio profundo, un espasmo inhibidor que me obligo a detener mi marcha.

La gente siempre camina sin mirar un punto fijo, todos de prisa, con destino a lugares insospechados, algunos de ellos ni siquiera comprensibles: camino al abrazo del amante, el beso de la esposa, el llanto del hijo, al encuentro con el amigo, la casa, el trabajo, la escuela, el hotel de paso, la complicidad de los callejones oscuros y las calles estrechas.

¿Porque la prisa? Nunca se llega demasiado tarde o demasiado temprano, en el orden del infinito universo, el tiempo es sólo la confirmación del hombre por tener el control absoluto sobre todo cuanto lo rodea. La verdad es que siempre llegamos en el momento justo, no antes, no después, llegamos sólo cuando estamos preparados para los hechos.

Hace tiempo creí que conocí antes de tiempo a una persona que dejo honda huella en mi vida, pero la verdad es que ese pensamiento era solo la justificación perfecta para que en el momento pudiera soportar la idea de una separación insospechada pero necesaria ante la incapacidad para mantener el contacto entre nosotros. No se trataba de edades o de inmadurez, ni siquiera tenia que ver con las actividades que cada uno por su cuenta desempeñaba, no, la única verdad es que cuando se acaba la mantequilla no hay nada más que untar sobre el pan, aun así nos esforcemos por estirar la que tenemos, valga lo absurdo de esta analogía.

En medio de estos pensamientos, logre subirme al vagón anaranjado que me acercaría lo más posible a casa, cuando de pronto después de salir del túnel eche una mirada por la ventana en buscas del sol pero no lo encontré, la tarde estaba nublada, era una tarde sin sol, me quede mirando por largo tiempo, sólo escuchaba el murmullo y ese sonido de “tuuuuuu” que hace el metro al cerrar sus puertas, luego de un rato aquella extraña sensación desapareció de pronto, me sentía aliviado, como si una revelación hubiera llegado a mi al darme cuenta de la ausencia del sol… saque mis audífonos me puse música y cante durante todo el camino de regreso.

¿Que fue lo que descubrí?

Que esa sería: mi primer tarde lluviosa de Enero.







Ignatius sorprendido.

domingo, 11 de enero de 2009

Comenzar...

Cada carrera es una nueva aventura, cada inicio se encuentra cargado de miedo, angustia e incertidumbre, pero al dar el primer paso, reconocer el terreno y mirar al tu alrededor, ocurre un extraño proceso de adaptación, que es, de acuerdo a ciertos pensadores, del que depende nuestra supervivencia.

Sin embargo la adaptación como proceso en sí mismo es el resultado de toda una serie de factores tanto internos como externos, la experiencia juega entonces un papel fundamental en la lucha por mantenernos vigentes, es decir, vivos, porque ahora no sólo se vive en la realidad tangente, hoy pues hablamos de muchas realidades alternas y bizarras, complejas e inteligibles, verdaderas o fantaseadas, pero realidades por el hecho de asumirlas como parte fundamental de nuestra experiencia y por tanto de nuestra existencia, como un gesto de lucha y oposición ante la desnudez de la nada; pues nuestra identidad se encuentra anclada en un sin fin de adjetivos:

Igatius dice: Soy

… reponde: ¿Qué?

Ignatius dice: Hombre

… reponde: ¿y, qué más?

Ignatius dice: amante

… reponde: ¿y, qué más?

Ignatius dice: hijo

… reponde: ¿y que más?

Ignatius dice: amigo

… reponde: ¿y, qué más?

Ignatius dice: pariente lejano

… reponde: ¿y, qué más?

Ignatius dice: enemigo

… reponde: ¿y que más?

Ignatius dice: muerde polvo

Y así hasta el infinito, porque de algo nos tenemos que aferrar, y en algo tenemos que creer y confiar, en la espera de que sentirnos realizados, plenos, seguros de poder alcanzar algún día ese etéreo momento llamado felicidad.

Este es el comienzo, con unos cuentos cigarros, algunas tasas de café, un poco de tequila, vodka y cerveza, emprendo el camino ¿hacia donde?, a la libertad, ¿hacia donde?, hacia el el encuentro conmigo mismo, hacia mi nuevo yo, que no soy yo, porque en la ilusión de los espejos, nunca he distinguido entre mi y mí reflejo.

Acompañadme que la hora al fin llego.






Ignatius entusiasmado

miércoles, 7 de enero de 2009


Cambiar es en ocasiones sinónimo de evolución, evolucionar es ascender, pero en el recuento de vivencias que nos hacen evolucionar no siempre estamos satisfechos. Afortunadamente siempre existe la posibilidad de volver a comenzar, con la esperanza de aunque no en el mismo punto y no de la misma forma, podremos encontrar un camino mejor. ¿Pero qué es exactamente lo mejor? ¿Acaso nuestra condición se encuentra atada a la insatisfacción?

Estamos atados al narcisismo falaz en el que el placer es el único fin, puede que esta sea nuestra real naturaleza, la única en la que no quepan excepciones, pues la final del día nosotros egoístas en todos sentidos, nos satisfacemos en los otros, como la ilusión de espejos incrustados entre espejos, ajenos de las motivaciones inconscientes que duermen en nuestros adentros. Pero esto nos es una visión fatalista de la naturaleza humana, pues al satisfacernos, otro se satisface en diferente medida y grado, pero satisfecho al fin, el utilitarismo es nuestro sistema de supervivencia.

Hoy pues, un nuevo giro, a nuestro huerto llegan otros aires, con la ingenua visión de que las cosas cambiaran con la luz del sol en los nuevos amaneceres, pero la verdad es que el solo es el mismo, y su luz sigue siendo igual, los cambios, los verdaderos cambios ocurren solo con la convicción de que el momento es el oportuno, a veces -lamentablemente- solo cuando nos damos cuenta que aun podemos cometer mayores y más grande equívocos.

Así pues, en medio de cambios, evoluciones y placeres, invoco de nueva cuenta, a mi amor, mi fe y mi esperanza, uniendo a éstas la confianza y la prudencia, como musas fieles que me guíen en esta nueva gran aventura, pues en la antesala del futuro, sólo nos queda la insoportable incógnita.



Ignatius descorazonado...