lunes, 4 de julio de 2011

Culpa

 

043, Donald FriendHasta el aire está enrarecido, los días no dejan de ser nublados, pero no son sólo las nubes en el cielo y la humedad del ambiente, también es algo dentro de mí, algo en los que me rodean, un aciago sentir que impregna en alrededor, una atmosfera lúgubre y sin sentido, porque ya ni en la perdida encuentro conciliación ni consuelo.

Equívocos del equivoco mismo, todo lo he desgastado, incluso mi propia suerte, la tormenta se ciñe sobre mis hombros y no soy capaz ya de frenarla. Desgaste el amor, la fe y ese asomo de esperanza y ahora me siento vulnerable, cansado y harto.

Se bien qué debería de cambiar, pero no se exactamente como lograr esa alquimia, estas cicatrices que me empeño en abrir una y otra vez hasta el cansancio. ¿Acaso será que cuando lo pierdes todo una vez, no importa lo demás?

Es eso realmente la culpa, no por el acto premeditado de dañar a otro, sino de volverse contra uno mismo y con más fuerza que con ninguno otro. Conceptos se arremolinan en mi conciencia, lo peor es tener la capacidad de darse cuenta de todo y no poder frenarlo, tener la conciencia de donde es que se cometen los errores y aunque con capacidad de corregirlos tirarse al hoyo sin meter siquiera las manos, dejarse caer y cerrar los ojos, no prestar oídos a la propia voz de la conciencia que nos pide que frenemos y dejarnos liar más y más sin llegar a decir basta, no por alguien más que el sí mismo, que hoy se me revela débil, cansado y sin sentido.

El laberinto de Asterión no es más que los propios reveces, ¿Qué es lo que más temo? A esta incapacidad por ponerle fin al desenfreno y la búsqueda sin siquiera encontrar nada que no sea mayor soledad y esta culpa que no me deja ni un momento en paz.

Ya he perdido suficiente, pero la idea de la suficiencia me resulta una irónica paradoja, porque nunca la he comprendido en realidad, siempre voy a por más, hasta desgastarlo todo, hasta quedarme sin nada, hasta encontrarme frente a Celesta y el sino, que ponen punto final a todo lo que yo soy incapaz, por necio, por cobarde, por ufano.

Tengo un cumulo de cosas desgastadas, un montón de culpa frente a mi, la oportunidad de ir a mejor, pero es que por ingenuo que parezca, no lo puedo decidir.

Ignatius confuso.