lunes, 14 de febrero de 2011

El inútil combate

 

Lacan dijo que amar es dar lo 4 PETER FLINSCHque no se tiene a quien no quiere eso, es darlo a quien no es. En el estricto sentido analítico estas aseveraciones pueden tener muchas interpretaciones, sin embargo –continuando con Lacan- los significantes no tienen para todos el mismo significado, es el terreno de lo simbólico lo que entra en juego.  El amor puede entenderse de muchas formas, puede llevarse al acto, puede despertar el deseo y aunque vívido y deseado, no siempre es comprendido, ni siquiera por aquellos que lo actúan, que son al final los mismo que lo desean. 

El amor como acto es insondable y tiene diferentes metáforas, llamas dobles, pecados capitales, muerte; amar es una angustia sentencia X.V. y como sentencia cae en la cóclea y llega al inconsciente para hacernos tambalear y mordernos los labios en la desesperación por entender ese inútil combate en el que nos enfrentamos a la otredad que pretendemos hacerla nuestra, para llenar el vacío y completarnos en la comunión en la que entregamos lo que no tenemos, pero que deseamos y al desearlo lo entregamos sin miramientos a ese otro que desea algo más y que no corresponde con lo que tenemos para darle, porque el deseo no asegura la satisfacción, porque es gula insaciable que se torna en la indolencia de la pereza al llegar el invierno en el ciclo del amor.

¿Puedo escribir de amor, sin haber amado? La respuesta seria la imposibilidad y la tumescencia de mis dedos frente al teclado, y nada tiene que ver con la soberbia que me caracteriza, si hoy escribo del amor, es porque el deseo se asoma como cosquilla, porque hoy compruebo nuevamente que el objeto – es decir el otro – poco tiene que ver en el proceso, soy yo quién decide dar lo que no tengo, darlo a quién no es, darlo a quién no lo quiere por que lo envisto de deseo y satisfago la fantasía para obtener gratificación. Y aunque no pretendo hacer de esto el psicoanálisis del amor, pues incluso he vulgarizado los términos para demostrar que lo que deseo verdaderamente es la ignorancia que no poseo, porque peco de soberbia al intentar la presunción de saber y hablar de algo que no me queda suficientemente claro, a pesar de haberlo vivido, en todas la metáforas posibles… tengo que decirlo a fuerza del día, de los últimos sucesos y del recuerdo.

Hoy festejamos al amor, y aunque para algunos la amistad sea una extensión de lo mismo, hoy no me refiero al cariño filial, sino al amor-pasión, ese que deseo y contemplo desde mi trinchera, ese que di y aun sigo dando  paradójicamente a quien no es, porque ya no existe, porque no lo quiere aunque sea, eso que se me escapa sin tenerlo, sin proponérmelo, y aunque intelectualizado en estas líneas sigue siendo del mismo orden con el mismo sentido, mi inútil combate contra el deseo de completarme al pretender sentirme pleno, satisfecho, como si fuera una excepción del mito andrógino, cuando perfectamente se que mi sino no es otro que desear lo que no tengo.

Hoy también te recuerdo, hoy también escribí verdades que hablaban de mi a quien no quiere saberlas, lo más importante de esa unión entre el pasado y el presente, es que ambos expresan mi deseo, convergen en que de alguna forma aunque extraña ambos me entregan lo que no quiero y jugamos entonces el doble engaños, en donde ninguno es sino deseo reflejado del deseo del otro.

Ellos soberbia abnegada comprensión… yo, ignórate indiferente tragedia; todo un inútil combate de amor.