martes, 22 de junio de 2010

XXIII

El constante cuestionamiento
la insondable pregunta,
y una respuesta pausada
que vibra aquí
lenta, mordaz, zalamera.
Un querer decir algo,
que se sella en la garganta:
que asfixia y quema;
un algo que se niega a ser
pero sin saberlo.
Qué será eso que no me deja,
esto que dentro se me encaja
que regurgito, que hipo
esto que se escapa inadvertidamente
pero que no termina nunca
por salir…
que me tiene aquí, hosco,
huraño de mi mismo,
quejumbroso de tanto dolerme,
qué será este silencio,
esta respiración agitadamente
acompasada que me turba,
qué será este espasmo
esta cólera insaciable,
perra entre sus dientes
mis huesos.
Qué podrá ser sino
la interminable
ausencia de tu presencia.

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