martes, 2 de diciembre de 2008

El fin del inicio

Y al fin... murió, como todos, cuando se cristalizó el desamparo de la desnudez y la incógnita del mañana.

¿Será entonces que el camino se complica aun más?, ¿será pues que a partir de este momento, el miedo a ser, se convierte en el miedo a la vida misma? Todas las cosas, por fuerza propia, están condenadas al desgaste del tiempo, tiempo en el que alcanzan la voluptuosidad, para luego desaparecer, dejando solamente estelas de lo que un día fueron.

¿Serán ciertas estas palabras, o existe la posibilidad de que algo de los sueños una vez que se ha conseguido alcanzarlos sobreviva? Algo más allá de la satisfacción hedónica y el recuerdo en lotananza cuando se mira hacia atrás, como a los fantasmas que vamos dejando en el transcurrir de los años.

Hoy, uno de mis más grandes sueños esta a punto de morir. Pero ahora, no tengo presente cuál podría ser su sustituto, más allá del embelezado amor, la compañía de los amigos sinceros, o la necesidad de la autorrealización.

¿Qué escondes oscuro inconsciente mío, que al despuntar el alba del día deseado, seguramente dejarás al descubierto, con el afán de la sorpresa y el cinismo del descontento?

Hoy me siento triste y excitado, en saudade de este el fin de un inicio.







... y al final, mis brazos serán cuerdas al bailar este, el último vals

Ignatius desdibujado

1 comentario:

Leo Garvas dijo...

Creo que así se entiende mejor. Disculpa el atrevimiento:

Y al fin... murió, como todos, cuando se cristalizó el desamparo de la desnudez y la incógnita del mañana.

¿Será entonces que el camino se complica aun más?, ¿será pues que a partir de este momento, el miedo a ser, se convierte en el miedo a la vida misma? Todas las cosas, por fuerza propia, están condenadas al desgaste del tiempo, tiempo en el que alcanzan la voluptuosidad, para luego desaparecer, dejando solamente estelas de lo que un día fueron.

¿Serán ciertas estas palabras, o existe la posibilidad de que algo de los sueños una vez que se ha conseguido alcanzarlos, algo más allá de la satisfacción hedónica y el recuerdo en lotananza cuando se mira hacia atrás, como a los fantasmas que vamos dejando en el transcurrir de los años?

Hoy, uno de mis más grandes sueños esta a punto de morir. Pero ahora, no tengo presente cuál podría ser su sustituto, más allá del embelezado amor, la compañía de los amigos sinceros, o la necesidad de la autorrealización.

¿Qué escondes oscuro inconsciente mío, que al despuntar el alba del día deseado, seguramente dejarás al descubierto, con el afán de la sorpresa y el cinismo del descontento?

Hoy me siento triste y excitado, en saudade de este el fin de un inicio.