miércoles, 2 de noviembre de 2011

CONTIGO A MUERTE

 

L’Apocalypse by Pierre Yves Trémois (1961)Las buenas historias son las que sin duda, más allá del efectismo pueden hacerte vibrar, esas que cuando las escuchas puedes identificarte con ellas, y verte a ti mismo entre aquellas líneas, y escuchar tus pensamientos en esos diálogos que aunque dirigidos a alguien más bien podrían ser las palabras que empleamos sin pensar en alguna ocasión, quizá sin comprender en el momento el significado que pueden adquirir después.

Hoy mi vida a pesar de todos los esfuerzos no es otra cosa más que una aplastante rutina, un despertar para hacer lo mismo, con las mismas personas, los mismos escapes, la historia de siempre repetida hasta el infinito, incluso en estos pequeños momentos que me atrevo a darme, termino por contar siempre lo mismo, termino por acordarme de ti, reconstruyendo nuestros días – que triste decirlo de este modo, pero es la realidad – al paso de los años, es que desde que te fuiste aquel noviembre, algo en mi nunca volvió a ser lo mismo, y termino por romperse el día en que aunque me niegue a creerlo decidiste marcharte para siempre de esta vida un aciago agosto.

Bien se, que no existen respuestas para mis preguntas, y aunque a muchas personas he dicho la importancia de darle nuevos significados a los acontecimientos de la vida es un forma de poder superar nuestros fantasmas, lo cierto es que he llegado a comprender que a pesar de todo, seguiré contigo a muerte, donde seguir significa cargar con tu recuerdo y añorar lo rupestre de tu forma; contigo me refiero a ti que eres la ausencia más grande de mi vida; y con muerte quiere decir cuando esa caprichosa dama venga al fin a pedirme cuentas por todo lo que hice y también por lo que nunca me atreví.

Por estos días tuve la cosquilla de ponerte una ofrenda, pero no creo que los que ya no están entre nosotros, vengan sólo para quitar el sabor de panes y platillos alumbrados por la trémula luz de una vela, siendo un poco realista, que podría ofrecerte yo a ti, que bien sabes donde quiera que te encuentres que todo te lo di sin reservas y que nadie podría acusarme de lo contrario, aunque también se, que quizá todo lo que di nunca fue lo que en realidad quisiste,  porque el amor no garantiza la certeza de cumplir con el deseo del otro, y aunque mucho lo intentamos, no pudimos más que sólo frustrarnos, y esa fue la única verdad de nuestro amor.

Sabes, estoy cansado de lo mismo, de estos errores y mi incapacidad para remediarlos, cansado de responsabilizarme de cosas que no me pertenecen, cansado de ir día a día luchando por algo que no tengo del todo claro, y que sobretodo, no me da satisfacción alguna. A veces también me canso de ti y de mi mismo, cansado de que no pase nada y aunque busque no encontrar nada ni a nadie, cansado de estas líneas y de las que he dejado inconclusas por atender lo que supuestamente es importante, cansado de volver a ser la boya en el mar, que sólo se deja arrastrar entre las olas, porque no hay un puerto donde anclar.

Y dime,  ¿dime a quién le importa lo que digo? ¿dime si acaso le hago falta a alguien? ¿si mi existencia es aun indispensable? porque yo, yo no lo creo, tengo en claro que para algunos mi ausencia resultaría dolorosa por algún tiempo, pero terminarían por olvidarme, por convertirme en un pasado que seguramente creerían que fue mejor, porque todos en algún momento nos refugiamos en ese pobre consuelo, pero la verdad es que nadie me necesita, soy sólo el hijo, el hermano, el amigo, el compañero, pero no ha pasado de ser más que eso, excepto para ti que ya no estas, porque ahora lo se, incluso aunque en su momento no lo comprendiera, fuiste tu el único que realmente llego a necesitarme, y aunque no todo lo hice, se que la mayor parte del tiempo estuve ahí a tu lado.

Pero te fuiste, y ahora nadie me necesita, nadie de la forma en que tu lo hiciste, nadie como yo mismo necesito de ti en estos momentos, en los que quisiera ver tu cínica sonrisa o lo áspero de tu abrazo,  como necesito de ti al llegar después de un largo día de trabajo y sus vicisitudes y tener que enfrentar además la soledad de mi una habitación vacía al encender las luces, sin poder compartir contigo ninguno de los absurdos en los que me encuentro.

Al parecer no importa que camino tome, el punto es que hoy día sin importar nada todos terminan llevándome de vuelta ti, porque como en esas historias que vi, es un hecho que, estoy contigo a muerte, y es más que una simple retorica, aunque no tengo en claro si esta, es una de esas historias dignas de contarse.

Ignatius recordando.